La Inteligencia Artificial (IA) ha ganado un lugar destacado en nuestra vida diaria, y su creciente influencia en varios aspectos plantea cuestiones legales. Se está considerando la implementación de un nuevo marco legal para regular el uso y desarrollo de la IA.
La IA abarca tecnologías como el aprendizaje automático, el procesamiento del lenguaje natural, la visión artificial y robótica, entre otros. La Unión Europea está abordando las oportunidades y desafíos de la IA en diferentes ámbitos. La legislación está evolucionando para adaptarse a esta tecnología que influye en áreas como trabajo, empresas, salud y más. La IA ha abierto nuevas posibilidades, pero también plantea preguntas sobre la protección de los derechos de propiedad intelectual.
La Inteligencia Artificial está cambiando las profesiones creativas, pero hay preocupaciones sobre la homogeneización, la posible pérdida de empleos creativos y la falta de empatía en las obras creadas por IA. Además, esta innovadora tecnología podría utilizar datos sesgados o utilizarse de manera éticamente cuestionable.
Los derechos de propiedad intelectual protegen creaciones artísticas y técnicas, pero en el contexto de la IA, surgen desafíos para determinar la autoría y la titularidad. La legislación actual debe adaptarse a los avances tecnológicos, y se requiere una mayor claridad sobre la autoría de las obras generadas por IA.
Además, está impulsando cambios en la regulación de la propiedad intelectual, permitiendo la otorgación de patentes para productos complejos creados por modelos de IA. También se están desarrollando nuevas herramientas para la gestión de la propiedad intelectual, como algoritmos de aprendizaje automático. Sin embargo, se presentan desafíos éticos que requieren una regulación más compleja.
La protección de obras generadas por IA depende de la originalidad y creatividad que cumplan con la legislación de propiedad intelectual. En algunos países, se considera que el propietario de la IA es el autor, mientras que en otros, los derechos son compartidos entre el programador y la IA o no se consideran protegidos.
En el contexto jurídico español, no existen disposiciones específicas para el registro de obras generadas por IA, lo que plantea interrogantes sobre quién puede realizar el registro y cómo demostrar la originalidad y singularidad de estas obras. Se deben establecer mecanismos para verificar la autoría y la integridad de las obras de IA, como marcas de agua digitales o firmas electrónicas, para garantizar su autenticidad.
El Parlamento Europeo ya ha demostrado su compromiso en la regulación de la inteligencia artificial mediante la Ley de Inteligencia Artificial, la primera de su tipo en el mundo, que podría entrar en vigencia a partir de 2026.
Por otro lado, El Gobierno de España, a través del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, está trabajando en la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA), que tiene como objetivo proporcionar un marco de referencia para el desarrollo de la IA de manera inclusiva, sostenible y orientada hacia la ciudadanía. Esta estrategia desempeña un papel fundamental en la Agenda España Digital 2026.
La atribución de responsabilidad en casos de infracciones de propiedad intelectual relacionadas con la IA debe abordarse legalmente, considerando la autonomía de la IA en la generación y distribución de contenido. Se necesita un marco legal claro para determinar quién es responsable en tales casos.
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